domingo, abril 24, 2005

El yoga

Su estancia en prisión significó un cambio decisivo en su vida. En un medio tan poco favorable, se sumergía casi de continuo en la meditación. Su vida interior y sus realizaciones espirituales pronto le llevaron a fijarse un objetivo más amplio y universal que la liberación de su país: el porvenir de la humanidad, la nueva era del espíritu y la aparición de una nueva raza humana.

Al salir de la cárcel fundó dos semanarios, uno en inglés, Karmayogin, y otro en bengalí, Dharma. Continuó durante algún tiempo sus actividades políticas, pero una noche recibió el aviso de que la Policía proyectaba realizar un registro en su despacho de Karmayogin y, para no ser detenido o deportado, fue a esconderse a Chandemagore, a pocos kilómetros de Calcuta. Aquí recibió "una orden de lo Alto" de ir a Pondicherry a donde llegó el 4 de abril de 1910.

Fue la ruptura definitiva con su vida anterior. Después de cuatro años de yoga en el silencio fundó, el 15 de agosto de 1914, una revista filosófica mensual, Arya, en la que expresaba, en lenguaje intelectual, su visión del hombre y de la Historia, del destino divino del hombre y del camino a seguir para alcanzarlo, de la marcha de la sociedad humana hacia la unidad y la armonía, de la naturaleza y de la evolución de la poesía, del sentido profundo de los Vedas, de los Upanishads y de la Gita y del espíritu y de la significación de la cultura india.

Todo ello está actualmente recogido y publicado en libros: La vida divina, La síntesis del yoga, El ciclo humano, El ideal de la unidad humana, La poesía futura, El secreto del Veda, Ocho Upanishads, Ensayos sobre la Gita, Los fundamentos de la cultura india, etc. De su obra poética merece especial mención la epopeya "Savitri".

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